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«Hola Jose, esta carta es para intentar expresar todo lo que has significado para mí durante todo este tiempo y la huella que has dejado en mi vida. Desde que iniciamos este camino juntos, has sido mucho más que un guía en el complejo mundo de la filosofía. 

A lo largo de nuestras conversaciones, a parte de haberme enseñado mucho, has estado brindándome apoyo, consuelo y claridad en medio de la confusión, serenidad cuando el ruido de la vida se hace ensordecedor. Me has mostrado que el verdadero aprendizaje no solo se encuentra en los libros, sino también en las experiencias, en la reflexión profunda y en el cuestionamiento constante de lo que creemos saber.

Cuando he caído has estado ahí para ofrecerme una perspectiva diferente, ayudándome a encontrar el equilibrio entre la razón y el sentimiento. Me has enseñado a abrazar la incertidumbre, a ver las preguntas como oportunidades y no como obstáculos. Gracias a ti, estoy descubriendo la importancia de pensar con criterio propio, estoy aprendiendo a escucharme.

Tu apoyo ha sido invaluable en los momentos en que he sentido que perdía el rumbo. Con cada sesión me has brindado no solo conocimientos, sino también el coraje para enfrentar mis propias dudas y desafíos. Me has inspirado a seguir buscando, a no conformarme con respuestas fáciles, y a construir un camino de sabiduría y compasión.

Por todo esto, y por el cariño con el que siempre has compartido tu tiempo y tu conocimiento, quiero agradecerte de todo corazón por las incontables veces que estuviste al otro lado de la pantalla escuchándome. Has sido, sin lugar a dudas un faro en mi vida, y tu influencia será siempre un pilar en mi crecimiento personal y filosófico.

Con gratitud y admiración, quiero dedicar esto a una de las mejores personas que he conocido en mi vida, un maestro de sabiduría, bondad y un ejemplo de coraje ante la vida. Gracias por tanto… «

Chari, Madrid